Fuente: La Discusión
Como compleja se vislumbra la futura aprobación de la millonaria licitación que la Municipalidad de Chillán pretende firmar en septiembre próximo, con el fin de contratar con recursos propios a la empresa que debiera ejecutar el cambio de las actuales ampolletas de sodio por las de tecnología LED en toda la ciudad.
Se trata de una iniciativa municipal de $10.800 millones, dinero que proviene de las propias arcas municipales y que según el modelo que implementará la corporación edilicia, será cancelada en un plazo de 10 años en cuotas mensuales de $90 millones.
La cantidad de fondos que la municipalidad pretende destinar a esta nueva propuesta ciudadana sobrepasa a cualquier otro contrato desarrollado por esta y otras administraciones comunales del pasado cercano, las cuales en general no financiaba grandes iniciativas con cargo al presupuesto local.
Hasta ahora, la entidad edilicia había apostado por recurrir a entidades como el Gobierno Regional, la Subdere o los ministerios a la hora de ejecutar iniciativas nacidas localmente, dada la estrechez de sus presupuestos.
Pero en esta ocasión, dada la sanidad financiera del municipio chillanejo, se optó por una fórmula parecida a la que implementó, no sin cuestionamientos Chillán Viejo, justamente para cambiar las luminarias de la comuna histórica a LED en un plazo también de 10 años.
Para el municipio no es de ninguna manera arriesgado que la entidad edilicia destine cada año $1.080 millones con el objetivo de mejorar de una vez por todas una de las falencias más graves de la ciudad, como es la iluminación nocturna.
El proyecto está actualmente en licitación y cuando concluya el proceso, en el que ya hay seis empresas interesadas en instalar las luces LED a la fecha, la entidad edilicia debe pasar la propuesta más conveniente para la ciudad a consideración del Concejo Municipal, para que los ediles la aprueben o rechacen.
Un asunto de quórum
Hasta ahora las señales que provienen del cuerpo colegiado son contrarias con las pretensiones del alcalde Sergio Zarzar, pues si la votación hubiera sido la semana pasada, la entidad edilicia se hubiera llevado una derrota, dado que para aprobar el contrato requiere de dos tercios de los votos del Concejo en sala.
Según la Ley Orgánica de Municipalidades 18.695, en su artículo 65, se establece que para contratos que superen un período alcaldicio la municipalidad requiere del acuerdo favorable dos tercios del Concejo Municipal, donde obviamente se incluye al alcalde, quien entre los ediles es el presidente.
Frente a ese escenario de alto quórum, en el municipio miran con inquietud la postura contraria de varios concejales de la Nueva Mayoría, que si se alínean, pueden hacer abortar un proyecto estrella del municipio. Esto considerando además que el concejal Jorge Marcenaro (ex RN), lo más probable es que rechace el contrato, dada la distancia que mantiene con el alcalde Sergio Zarzar. De hecho Marcenaro cuestionó desde un inicio el modelo que se siguió para cambiar las luces LED de la comuna.
Este eventual voto contrario, no obstante, podría generar repercusiones políticas entre los concejales, en la interpretación que haga de su rol opositor la ciudadanía.
El ingeniero civil Luis Díaz Acuña, experto en temas municipales, explica que “la ley es muy clara sobre este tema, por lo que los concejales están llamados a asumir un rol de primera importancia para resolver un proyecto demasiado importante para la ciudad y donde el voto político de cada uno de ellos estará condicionado por la opinión de la comunidad y los dirigentes sociales”.
Por ello el experto, quien se desempeña como asesor de municipalidades, plantea que no sería descabellado pensar que a pesar de las críticas iniciales y del llamado a votar en contra de ediles de oposición al alcalde, algunos de ellos se sumen al voto alcaldicio presionados por parte de la sociedad civil y electores.
Desde la municipalidad ayer confirmaron a LA DISCUSIÓN que el “quórum exigido, según el artículo 65, letra I de la ley 18.695 Orgánica Constitucional de Municipalidades, dice que el alcalde requerirá acuerdo del Concejo para celebrar los convenios y contratos que involucran montos iguales o superiores al equivalente de 500 UTM mensuales, y que se requerirá el acuerdo de la mayoría absoluta del Concejo. No obstante, aquellos que comprometen al municipio por un plazo que exceda el periodo alcaldicio requerirán el acuerdo de los dos tercios de dicho Concejo”.
De esta manera, se informó desde la unidad de Jurídica del municipio, que “en nuestra ciudad el Concejo está formado por ocho concejales y el alcalde tiene derecho a voto, lo que entrega un total de nueve votos, necesitándose así un mínimo de seis sufragios para aprobar las materias consultadas”.
¿Cómo votarían los concejales?
A la luz de las declaraciones de los concejales de Chillán sobre este tema, el alcalde tendría en estos momentos el apoyo de Nadia Kaik (RN), Jorge Vaccaro (RN) y Joseph Careaga (UDI) y muy probablemente el voto de Edison Coronado (DC), quien pese a ser de la Nueva Mayoría, suele apoyar los proyectos de la actual administración municipal.
En tanto, el resto de los concejales de la Nueva Mayoría, Víctor Sepúlveda (PC), Juan López Cruz (PR), Carlos Hernández (PS) estarían votando en contra. A ellos se sumaría Jorge Marcenaro (ex RN).
Este escenario provocaría que el proyecto de recambio de luces LED no prospere, imprimiéndole una derrota a la actual administración alcaldicia, no obstante, abriendo una puerta a la eventual crítica de la ciudadanía en contra de los ediles.
Los concejales opositores al proyecto han manifestado no desaprueban que la ciudad se ilumine con nueva tecnología, sino que lo que critican es la manera en que la Municipalidad de Chillán planteó esta iniciativa, que implica un gasto de $10.800 millones, que equivale a más de un tercio del presupuesto total anual o dos veces la inversión del Teatro Municipal, según ha manifestado el concejal Víctor Sepúlveda.
Se suma el hecho que este costoso proyecto considera un valor unitario de luminarias LED del orden de los $700.000, mientras que en proyectos similares y ejecutados con fondos regionales, cada farol cuesta no más de $400.000.
Frente a esa crítica respecto de un eventual exceso de costo, la municipalidad, a través del propio alcalde Sergio Zarzar, ha manifestado que al valor de la luminaria se le debe sumar el hecho que por 10 años se asegura la mantención de todo el sistema de luminarias de la ciudad, lo que tiene un costo igualmente elevado y contribuye al alza del presupuesto global.
Proyecto no estaba en el Pladeco
Sobre el tema el consejero regional y ex concejal de Chillán, Cristian Quiroz, planteó ayer que le parece “extraño” que la municipalidad le dé urgencia ahora precisamente a un proyecto que no estaba en el Pladeco 2011-2015, que es la instancia donde se expone la matriz de iniciativas locales.
Admitió no obstante que los ingresos de la municipalidad chillaneja, como el de las Termas de Chillán que totalizan más de $500 millones al año, la dejan en buen pie para asumir un desafío como éste.
El experto en temas municipales Luis Acuña agregó que los concejales, al enfrentar la votación, podrían perfectamente rechazar la propuesta del alcalde, aun cuando ello implique que posteriormente la firma elegida en la licitación en curso reclame ante tribunales y demande civilmente al municipio.
No obstante precisó que si los concejales son capaces de justificar su voto y plantean que una iniciativa de ese calibre puede ser perjudicial para los intereses de la ciudad, o que afectaría a otras áreas como Salud, Educación o Dideco, los tribunales podrían acoger la queja de los ediles y desestimar la eventual demanda.
Empresas Interesadas
En estos momentos ya hay empresas interesadas en licitar el cambio de 15 mil luces LED de Chillán. Participarían en el proceso CGE Distribución, Copelec Ltda., Chilectra S.A., Schredeer Chile S.S., Representaciones Offersuite Chile y CyG Ltda.
En este cuantioso contrato, entre los ítemes se cuentan los equipos utilizados, que serán de diversa potencia y tienen asignados costos diferentes, el recambio de brazos que estén en mal estado, la reparación de gabinetes o cajas de medición y otros. Lo que se pretende es que la empresa que gane la licitación entregue un sistema que “funcione sin problemas en las noches y se apague de día, y donde las emergencias sean solucionadas en no más de 24 horas”.