La centro izquierda y la izquierda: ¿es posible la unidad para el futuro?

La centro izquierda y la izquierda: ¿es posible la unidad para el futuro?

Chile atraviesa una crisis de confianza, de representación y de legitimidad, la que ciertamente no está solo circunscrita a la esfera de la política, pero aquí es donde se percibe con mayor nitidez, porque a diferencia de otros escándalos, en la política se supone que está la ciudadanía genuinamente representada, involucrada y por tanto más defraudada.

Este escenario es particularmente sensible en un año electoral como este. Y por tanto puede ser una relevante oportunidad para, ya sea irresponsablemente ceder nuevamente terreno a la derecha o bien, construir una nueva plataforma política, programática y no meramente un instrumento electoral. Esto último (instrumento electoral) permite recibir financiamiento público, presentar una o más listas parlamentarias y en una de esas, acceder al gobierno y asegurar empleo para los más incondicionales, pero no entrega ni legitimidad, estabilidad, sentido de país ni efectiva realización colectiva.

Si hay algo que hemos aprendido en nuestro país y particularmente en la post dictadura, es que la política la debemos construir con mayorías. Así se han formado coaliciones que han respondido a determinaos momentos históricos y que pese a ser superados por los hechos, muchos se resisten a aceptarlo, precisamente porque se han convertido en los instrumentos electorales de los que ya hablamos.

Recientemente importantes referentes del Partido Demócrata Cristiano han fundamentado el porqué la DC debe llegar con su candidata presidencial a primera vuelta, propuesta que es compartida por la propia Carolina Goic. Ante eso, desde los Partidos Socialista y Radical han señalado que ello conllevaría listas parlamentarias separadas. Eso significa, claro está, programas de gobierno también distintos. A declaración de partes relevo de pruebas.

La Nueva Mayoría está agotada. Esto se evidencia no sólo en la negociación actual, sino que también en la indisciplina crónica del conglomerado en votaciones en el congreso, donde en muy pocas materias, el gobierno puede asegurar contar con determinado número de votos.

En este contexto es comprensible que algunos dirigentes aspiren a realizar los máximos esfuerzos por preservar la NM, sin tener mucha claridad del para qué ni del por qué, pero les resulta inviable un proyecto sin sus aliados de casi tres décadas. Más aún sin saber a qué atenerse sin otra coalición. El Chile de hoy definitivamente no es el mismo de los ’80. Las necesidades, demandas y expectativas no son las mismas. La ciudadanía y sus razones cambiaron. El Frente Amplio con una racionalidad distinta, intenta sintonizar y movilizar este nuevo escenario, desconociendo buena parte de la historia recorrida para llegar aquí, con vetos y descalificaciones, por tanto sin ser tan amplio ni tan frente aún.

Entonces, ¿le cedemos el espacio a la derecha? ¿persistimos en el ordenamiento “natural” de  las últimas tres décadas? ¿por qué renunciar a construir un bloque progresista donde converjan la centro izquierda y la izquierda?. Un espacio de construcción del PS. PR. PRO, IC, PAIS, PC, entre otros permitiría no sólo compartir una historia común (porque la tenemos), sino que por sobre todo la oportunidad de avanzar mirando hacia el futuro, que es de lo que se trata en definitiva la política. ¿Es muy tarde para una primaria Guilier, MEO y Navarro?, creo que no. Pienso que estamos a tiempo para desde la ciudadanía y la política reconstruir confianzas. Sin duda son muchos más los elementos que nos unen que los que nos separan.

 

Cristian Quiroz Reyes | Publicada en 2017

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